El “delito” se produjo cuando el deportista decidió darse un paseo por un centro comercial con su mujer, vestido con una camiseta sin mangas que mostraba el rostro de Jesús tatuado en su brazo.
La imagen provocó la indignación de los clientes del lugar, que comenzaron a insultarle y atrajeron la atención de la Policía Moral, encargada de velar por el cumplimiento de las estrictas reglas de la sharia que rigen en el reino saudí.
Los agentes detuvieron al jugador del club Al Nasr hasta la llegada del delegado del equipo, que se encargó de solucionar el problema.
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