Vincent van Gogh no se suicidó. Al menos eso es lo que sostienen Steven Naifeh y Gregory White Smith, autores de «Van Gogh: The Life», la última biografía publicada del artista holandés.
Según publica la «BBC», los escritores argumentan que, en contra de la creencia popular de que Van Gogh se suicidó en 1890 a los 37 años, sería más factible que hubiera sido disparado accidentalmente por dos muchachos a los que conocía y que manejaban un «arma estropeada».
Steven Naifeh y Gregory White Smith han llegado a esta conclusión trasdiez años de estudio junto a más de veinte traductores e investigadores. Para escribir «Van Gogh: The Life», los autores rastrearon cientos de cartas escritas por Van Gogh hasta ahora no traducidas, además de otros documentos con los que crearon una base de datos de 28.000 notas.
En aquella época, Vincent van Gogh se alojaba en Auvers-sur-Oise, cerca de París, y solía pasear por los campos de trigo para pintar. Hasta ahora se creía que el artista se disparó en uno de esos campos antes de regresar a la posada donde moriría. Pero, según Steven Naifeh, «está muy claro que no fue a los campos de trigo con la intención de suicidarse. La creencia sostenida por la gente cercana al pintor es que fue disparado accidentalmente por dos chicos a los que conocía, pero Van Gogh decidió protegerlos autoinculpándose».
Naifeh sostiene que el afamado historiador de Arte John Rewald registró esta versión de los hechos cuando visitó Auvers en la década de los 30. Además, los autores de esta nueva biografía han encontrado otros detalles que desterrarían la teoría del suicidio, como el hecho de que la bala penetró la parte superior del abdomen desde un ángulo oblicuo y no en línea recta.
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